Todo empezó con una gata
¿Sabes cómo empezó todo? 🐾 Con una gata.
Pequeña, tricolor y, como es natural, con un carácter indomable. En su diminuta cabeza vivía su propia filosofía, una en la que no encajaban las reglas: «Haz tus necesidades en la caja de arena y afíla las garras en el rascador».
Con la primera, más o menos, llegamos a un acuerdo, pero el rascador permaneció intacto. Mi sofá favorito empezó a perder su esplendor, y yo, la paciencia.